El dolor de oídos es un dolor dentro o alrededor del oído. El dolor de oídos es común en los niños.
Las causas comunes incluyen:
Su hijo puede resfriarse y la infección puede expandirse al oído medio. El tubo entre el oído medio y la garganta puede inflamarse. La inflamación atrapa el líquido, lo cual puede causar dolor.
El conducto auditivo, o el oído externo, también puede infectarse y provocar dolor. Esto generalmente ocurre durante el verano, cuando los niños realizan actividades acuáticas.
Si se colocan pequeños objetos en los oídos, como juguetes o hisopos de algodón, estos pueden lastimarse.
La cera de los oídos puede formar una obstrucción que causa presión. Los cambios en la presión del aire (por ejemplo, cuando se viaja en avión) también pueden causar dolor.
A veces, los niños dicen que les duele el oído cuando en realidad el dolor proviene de otro lado. Esto puede ser causado por la dentición, por masticar goma de mascar o por una infección en el cuero cabelludo, el cuello o los senos nasales.
Cuando su hijo tiene dolor de oídos, es posible que:
Los niños muy pequeños pueden tirarse de las orejas cuando sienten dolor.
El profesional médico le hará preguntas acerca de los síntomas de su hijo y lo examinará. Su profesional médico puede examinar los oídos de su hijo con un osciloscopio especial.
Por lo general el dolor de oídos se trata con analgésicos como acetaminofeno o ibuprofeno. Los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (NSAID, por sus siglas en inglés), tales como el ibuprofeno, pueden causar sangrado estomacal u otros problemas. Estos riesgos aumentan con la edad. Lea la etiqueta y tómelos según las indicaciones. A menos que el profesional médico lo recomiende, no los tome durante más de 10 días por cualquier motivo.
Las infecciones del oído medio generalmente se alivian en unos días sin antibióticos. Para niños menores de 2 años o para niños que tienen otros problemas médicos se pueden recomendar antibióticos si los síntomas no mejoran después de algunos días.
Las infecciones del conducto auditivo suelen tratarse con antibióticos en gotas, que también pueden contener analgésicos.
La cera o los objetos que obstruyen el conducto auditivo deben ser extraídos por el profesional médico.
Para las infecciones del oído medio o del conducto auditivo, siga las indicaciones sobre cuidados de su profesional médico.
Para ayudar a aliviar el dolor puede colocar un paño húmedo y tibio o una botella con agua caliente cubierta con una toalla sobre el oído.
Consulte a su profesional médico:
Asegurarse de saber cuándo su hijo debe volver para un control.
Si su hijo tiene problemas de cera en los oídos, puede ponerle una o dos gotas de aceite mineral o vegetal en el conducto auditivo durante algunos minutos cada día. Limpie el aceite que se derrama del oído. Puede comenzar a hacer esto solo una vez por semana o con menos frecuencia cuando su hijo tenga menos dolor, falta de ventilación en el oído o una aparente mejora de la audición. Hay muchas gotas de venta libre que también pueden ser útiles. Nunca use elementos, como hisopos, en el canal auditivo.
Si a su hijo le duele el oído debido a cambios en la presión del aire (por ejemplo, durante un viaje en avión o un recorrido por la montaña), puede ayudarlo enseñándole a aliviar la presión. Enseñe a los niños más grandes a cerrar la boca, apretarse la nariz y luego soplar aire suavemente. Generalmente esto permite sentir que los oídos se destapan. En cuanto a los bebés, puede ayudarlos alimentándolos o amamantándolos cuando cambie de altitud (por ejemplo, durante el despegue o aterrizaje en avión). Tragar ayuda a equilibrar la presión del aire.